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MURGAS, el arte de la resistencia

Escribe: Belén Perco - Fotografías: Sebastian Ruiz

Empieza febrero y las avenidas de la ciudad de Buenos Aires se tornan de otro color, otra musicalidad. En las plazas suenan los bombos, los platillos, las trompetas, los silbatos. El cuerpo los escucha y los pies -con su particular inercia- quieren cambiar de ritmo y empezar a saltar, de a poquito, hasta animarse a bailar junto a todxs lxs murguerxs que sacuden sus brazos y pies al cielo con esa fuerza que traspasa las vallas y contagiarnos de alegría a los transeúntes.



Cada fin de semana los corsos transforman las rutinarias calles en un desfile de gente donde predominan los bailes, la percusión y actuación, que impactan tanto a nivel sonoro como visual. Pero la murga no es solo trajes de colores, lentejuelas, saltos y percusión. La murga es expresión, es resistencia. Las letras de las canciones portan las críticas que detrás de cada coreografía, actuación, risas y alegría muestran un mensaje de lucha que intenta contar la vida de los barrios, la cotidianeidad, sus frustraciones que canalizan entre saltos y bombos, ironizando la vida, la política, y la sociedad.





“La murga es un lugar que encontré de pertenencia. Ser murguera es tal vez la inconformidad de vivir en un sistema que no nos representa y romper con los valores morales cristianos en un lugar más cercano al paganismo, la resistencia, que tiene que ver con un montón de factores culturales que se conjugaron para que la murga porteña se lleve adelante.” nos cuenta María de la murga Los Arlequines de la R de Belgrano.





¿Cuál es la estructura de la murga?

La murga tiene una canción de presentación, una canción de entrada que habla de la identidad murguera y particularmente del barrio, una canción de crítica, que nosotrxs siempre la hacemos relativa a la política nacional e internacional, luego una canción de homenaje que también habla de nuestra identidad y por último, una canción de despedida en donde les cantamos a los vecinos que nos vamos.



¿Cuál es el rol que cumple la mujer dentro de la murga?

Ser mujer en la murga es estar atravesadas por el patriarcado, como en todos los ámbitos. Hay cierta resistencia a que las mujeres se suban al escenario, la figura de la mujer está bastante reservada a ser bailarina. Lo mismo pasa con el bombo, no accedemos. Culturalmente son los lugares que ocupamos y a nosotras mismas nos cuesta encontrar el compañerismo de los varones para que podamos acceder a la percusión o al escenario.





Guido D´lia forma parte de la murga los Relegados de Belgrano que se formó hace doce años entre un grupo de amigxs del barrio. “Soñábamos con hacer una murga donde podamos hacer nuestras locuras y a partir del impulso de dos o tres jóvenes muchachxs lo empezamos a llevar a la acción. Tardamos casi dos años en salir en carnaval, muy de a poco, todo a pulmón. Fuimos evolucionando en lo que hacíamos y siempre tuvimos una idea de mostrar algo que fuera lindo, que tuviera buenas letras, que se escuchara bien, corriéndonos un poco de lo que es la murga tradicional porteña.”





Existe una agrupación de murgas que une a todas las murgas que salen dentro del circuito de Capital Federal. Los corsos se llevan a cabo todo el mes de febrero. El Estado subsidia los corsos en el tema del sonido, las vallas y la seguridad. Los corsos están distribuidos por toda la ciudad "Queremos recuperar el antiguo corso de la Avenida de Mayo".



"La murga es un lugar para expresarse, se genera un ambiente de festejo que viene a expulsar demonios, en ese sentido la importancia de estar y lograr que la sociedad en general consuma más murga y se acerque a los corsos, porque los corsos y el carnaval sostienen toda esa fiesta y toda la expulsión de demonios de esa sociedad más marginada que puebla todas las murgas porteñas. Por eso está tan bastardeado el género desde los grandes medios, o desde el inconsciente colectivo, sobre todo de la Capital Federal."



Existe un circuito de murgas en toda la Argentina. Dentro de Capital Federal convive el circuito oficial de murgas que forman parte del Ministerio de Cultura y por otro lado, el circuito de murgas independiente, de estructura barrial y autogestiva. "Ser murguerx significa transmitir y hacer entender lo que se ve, siente y sufre en los barrios. Somos una murga apartidaria, no voy a decir apolítica porque todo acto es político. Las críticas que hacemos siempre están especificadas a lo que hay que apuntar, así sea al gobierno de Cristina, o al gobierno de Macri, o al que sea mientras sea territorial y tenga que ver con la gente." expresa Rocío de la murga Herederos de la Locura del bajo Flores.







¿Cómo influye la existencia de una gran industria musical en la cultura popular?

Nosotrxs lo que hacemos para ironizar la invisibilización de la cultura popular es ridiculizarlo, nos reímos mucho dentro de nuestras canciones. Sucede que hay muchas murgas que solo tienen bombo con platillo y son murgas que graban CD con gente grosa, van a programas de tv, graban videoclips. A veces nos sentimos “atacadxs” porque nos dicen que no puede haber trompetas, un repique, un redoblante, otro tipo de instrumento. Nos llegan comunicados de una convocatoria a una murga para videoclip o para salir en alguna escena y nosotrxs quedamos invisibilizadxs.



¿Qué rol cumple la murga en los barrios?

La murga en los barrios es fundamental. En los talleres la mayoría quiere hablar de los tiros que se escuchan en el barrio, que el padre le pega a la madre, de que reventaron la casa porque la madre vendía o el padre era tranza. El pibe no lo saca por otro lado sino por la murga. Se dan cuenta que hay otra realidad, que es mentira que se va a morir dentro de ese barrio, que si quiere salir puede hacerlo, que tiene las herramientas necesarias para hacerlo, Es una forma de expresión, de lucha, de decir acá estamos y esto somos.





Rocío recita una glosa que escribió en el 2017
“Dibujando una rayuela en el cielo y sembrando la rebeldía digna de la pacha, de esas que crecen, florecen fuerte y se reinventan, nos despertaste los sentidos exprimiéndonos el corazón de la manera en la que el barrio te enseñó, a los bifes, sin sutilezas, con golpes bajos y toda la crudeza, pero con una sobredosis de más casi imposible de explicar.
Y digo casi imposible porque me basta con encontrarte en mi locura una noche de febrero, atrevida y desquiciada para hacerte real en raso y hueso.
Nosotras, las hijas de la madre de la ronda que nos parió, juramos defender la alegría como el sol defiende al día y la luna a la noche, sin más armas que la voz para gritar que acá estamos, que no nos callamos, y los pies para caminar, para aguantar cuando la gorra se pone peligrosa de verdad.
Abrimos los ojos y vemos cómo a nuestros pibes los matan como si no valieran dos pesos, y es ahí donde unx encuentra su razón de ser. En la injusticia que se lleva a quienes más lo necesitan, a los que la sociedad tapa como tapa a las cosas que se pueden dejar para después.
La gorra peligrosa es la que lleva chapa y te tira hasta matar, y a esta murga no le cabe una, se planta para decirte, aunque la quieran callar, el bajo está despierto y se va a reinventar una, mil veces, y todas las que sean necesarias.
Porque si de defender la alegría se trata, nosotras somos puro aguante y corazón.”